martes, 19 de agosto de 2008

La iglesia y la política.

Si vives en una isla cuya ubicación geográfica esta "en el mismo trayecto del sol", al escuchar la palabra "política" no podrás evitar ese sabor amargo en los labios que hace que surjan en ti deseos de vomitar. Este fenómeno se lo debemos a unos personajes que, aunque omnipresentes en los espacios públicos cada dos años (!Por Dios, que vuelvan a ser cuatro!), la sola imagen mental de sus rostros maquillados y sonrientes nos trae el funesto recuerdo de los meses de tortura china que ellos llaman Campaña Electoral.
Sip, como habrás imaginado me estoy refiriendo a los nunca bienvenidos políticos. Pero estoy hablando de una especie que aun no ha sido del todo comprendida por la "biología social", me estoy refiriendo a la nunca suficientemente nauseabunda especie dominicana. Si algún record colectivo deberíamos tener en Guinness ese debe ser el de los políticos más corruptos de la creación. Claro, este record solo sería superado por la capacidad de aguantarlos del pueblo.

Ante toda esta calamidad ¿Cuál debería ser la acción de la iglesia evangélica? Me gustaría leer sus respuestas.